jueves, 5 de abril de 2012

Patatas guisadas con almendras

Estos tubérculos han servido a las personas como base de alimentación desde hace 7000 años. Fue en el altiplano andino donde ya se cosechaba y se consumía hasta que los españoles  aparecieron por allí y la recogieron a modo de planta curiosa para estudiarla y poco a poco se fue extendiendo  por Europa y el resto del mundo.
Es esencial disponer de unas buenas patatas blancas, no importa si son nuevas o de conservación. Para nuestra receta (4 personas) necesitaremos:
  • 8 patatas medianas (1 kg y algo más...)
  • 12 almendras peladas
  • 1 rebanada de pan duro
  • 1 diente de ajo
  • Aceite de oliva virgen
  • Vinagre blanco de Jerez
  • 3-4 ramitas de perejil
  • 1 hoja de laurel
  • Hebras de azafrán
  • 8-10 granos de pimienta negra
  • Sal
Pelaremos y cortaremos las patatas en lascas, las pasaremos por agua y las pondremos a cocer en una olla con ¾ de litro de agua, el laurel, el perejil, el azafrán, los granos de pimienta y una pizca de sal a fuego suave.
Pondremos la rebanada de pan a remojar en un dl. de vinagre. Pelaremos y picaremos el diente de ajo en el mortero con un poquito de sal. Las almendras se pueden usar crudas pero nosotros las hemos frito en un poco de aceite con una sartén a fuego muy bajo y las hemos dejado enfriar. Después las hemos picado en el mortero junto con el ajo y por último hemos añadido a la picada la rebanada de pan remojada en vinagre. Para terminar hemos ido vertiendo aceite al majado hasta que se ha formado como una pasta espesa.
Hemos desleído esta pasta con unas cucharadas del caldo de cocer las patatas que, una vez bien hechas las hemos retirado del fuego. Entonces hemos vertido el majado sobre ellas, removiendo ligeramente mientras se llevan al fuego muy bajo sin llegar a hervir para que tome cuerpo el guiso, unos minutos. Dejar reposar y servir.
De una sencillez exquisita, este plato es asequible a todas las economías y gustará a grandes y pequeños. Buen provecho!
Almendras con piel


COMENTARIO NUTRICIONAL


Este plato elaborado con alimentos mediterráneos forma parte de la alimentación básica, ya que la patata es un tubérculo cuyo nutriente principal son los hidratos de carbono. Sus características nutricionales, permiten situar este alimento en la base de nuestra pirámide alimentaria y como tal, su frecuencia de consumo es diaria. Además, otro de los ingredientes principales del plato son las almendras. Este fruto seco, aunque tiene un elevado contenido calórico, forma parte del conocido patrón mediterráneo, debido a sus muchos beneficios cardiovasculares. Posee un alto contenido en grasa insaturada, proteínas vegetales e hidratos de carbono (estos últimos en menor medida). La cantidad de fibra de la almendra destaca sobre el resto de los frutos secos, por lo que tiene un efecto laxante mayor. Es una de las fuentes vegetales más ricas en calcio, de ahí que la leche de almendras se emplee en algunas ocasiones como sustituta de la leche de vaca, en casos de intolerancia a la lactosa. En cuanto a vitaminas a destacar, es una buena fuente de vitaminas del grupo B y de vitamina E,  con potente acción antioxidante.

Siempre que sea posible, es recomendable utilizar las almendras en crudo y con la piel, ya que de esta manera conservamos al máximo todos sus nutrientes y evitamos la absorción de grasa que implicaría el frito. También será importante vigilar la cantidad de almendras consumidas a lo largo del día, pues un exceso podría suponer un aumento de peso (Recomendaciones: 30g/día, equivalente a un puñado).  

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